25 marzo 2009

Choque de poderes


“El poder es la capacidad de pocos de hacerles creer a muchos lo poco que
importan.”
“Lo que más teme el poderoso es no tener a nadie a quien dominar”.
En un país con cultura no tendría porque suceder esta cosas…



Solo en lo que va de la semana hemos podido medir y ver cuan poderosas – positiva o destructivamente- pueden ser las opiniones de los principales comunicadores del país.
Si observamos uno a uno los noticieros de señal abierta en TV y lo mismo los titulares de los periódicos desde el más serio y aparentemente objetivo hasta aquella versión semanal impresa en la total informalidad lo que resalta es, a todas luces, la falta de objetividad en la prensa peruana. Quizá sea una costumbre o una mala herencia dejada por periodos anteriores característicos de personajes con precio.

Pienso que quienes tienen un determinado nivel educativo y usan un poco la lógica no necesitan darse cuenta que lo menos característico – hablando solo de noticieros o programas informativos, ya sea televisivo, radial, o escrito – en el Perú, es la información sin carga de valor o en todo caso; para los que no creen que exista ese tipo de objetividad, como quien les habla; valga la aclaración de imparcialidad que debe hacerse previo al comentario.

Más que personas que se dedican solo a informar existen opinólogos, ya sea que siguen una línea editorial definida o la suya propia, son muy pocas las personas que se dedican a dar información objetiva y veraz.

Veamos el caso del recientemente fallecido Señor Ugaz, una pérdida en verdad lamentable, en donde se comprende la actitud sobria y colaboradora de la prensa al cubrir el suceso, por tratarse de un compañero de labores además muy querido. Pese a ello no es justificable de ningún modo que se omita información sobre lo acontecido, porque de haber sido otro el caso las investigaciones y más aun las especulaciones sobre como y porque sucedió aquel accidente, no cesarían hasta encontrar un culpable que en la mayoría de los casos recae en un factor externo como el alcohol, las drogas o el cansancio y negligencia de algunos.

Es este entonces el poder de la prensa, el interpretar a su antojo lo que se recoge de testimonios o declaraciones que a todas luces dicen por si mismas lo que deben decir, sin embargo, y esto se puede corroborar solo con pararse en una esquina a leer los titulares a diario, las interpretaciones son “nuestra información”. ¿Acaso el ciudadano de a pie es tan poco valorado como para que se le sumerja en la ignorancia a diario evitando que él mismo forme su opinión? ¿Será que aun seguimos en las épocas de las dictaduras donde solo se informa lo conveniente? ¿Qué no han notado que existen más medios de información como el Internet, donde las mentiras y el sensacionalismo de algunos pueden caer con solo hacer un clic?

Señores el interpretar las palabras del Presidente de la Republica no hace falta cuando sus declaraciones son emitidas en vivo y en directo de manera completa, nadie niega que a García el “poder” a veces lo lleva a proyectarse como el dueño del país, pero todo sabemos que a pesar de todo la tolerancia impera y que el verdadero poder, o el que el cree tener para “no permitir que alguien sea candidato”, puede ser desechado por los medios de comunicación, si se ponen a favor o en su contra.

Al presidente le convendría mantener una buena relación con la prensa y no “meter la pata” como últimamente lo esta haciendo al creer que todo el poder esta en sus discursos, no vaya a hascer que vuelva a usar sus metáforas “lloronas” y se interprete – como siempre se interpreta – en contra de sus propias intensiones.

Es indudable que la prensa hunde a quien quiere y lleva al poder a quien más permisivo sea con los medios de comunicación, sin embargo la prensa tiene la responsabilidad, por la salud cultural y la libertad de todos los ciudadanos de informar de manera objetiva sin interpretaciones apresuradas, ni comentarios de quien tubo o no la culpa, si no de ayudar a la ciudadanía a formar su propia opinión - pues para ello existe aun en un país con democracia, la libertad de expresión – para ello existen los entrecomillados y las citas.

Opinen los más preparados y aquellos que tenga autoridad moral para hacerlo, hace poco Beto Ortiz menciono que en la moda de opinar en los blogs no puede tomarse como periodismo serio, tiene razón, sin embargo podría arriesgarme a decir que hay más blogeros objetivos que periodistas en este país